"A las pocas semanas dejé aquella sierra para ir a otra, donde vívia un maestro de latín, sujeto de rara lección, un famoso predicador, y sobre todo un buen anciano, el cura Manuel da Lixa."
"Su nombre era José Pacheco de Andrade. [...] Dueño de la vasta primogenitura de Friúme, en Ribeira de Pena, la dilapidó en hipotecas tan ruinosas para él como para los especuladores, quienes, dejando morir de hambre al dueño del vínculo, se vieron privados de los privilegios de robo por el sucesor inmediato."
"En 1850, treinta y ocho años después de su salida de Portugal, António de Queirós e Menezes, retirado con el grado de general en el imperio brasileño, llega a su casa de Cimo de Vila en Ribeira de Pena. Tenía sesenta años. No se había casado ni criado una familia de ningún tipo. Había venido solo, mayor que su edad, lleno de condecoraciones y nada más."
"Escribí una hoja de papel de barba en cuartetas, que los interessados en la publicidad [de un matrimonio desigual que uno de ellos se propuso hacer contra la voluntad del mayor] fijaron en la puerta de la iglesia, momentos antes de la misa de once. El boticario, que seguía las partes del primogénito, leyó la sátira al populacho, que reía a carcajadas. Y yo al margen, reviéndome en la obra y saboreándome en las necias risotadas de la turba!"
"Conozco ese bosque. Mi padre maestro de latín la llamaba la Isla de los Amores; fue allí donde todos los buenos latinistas, mis condiscípulos, leyeron Arte de Amar de Ovidio; y el cadete, por lo visto, aplicó las teorías del Sulmonense..."
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Rutas en la ficción